CRLA y la Junta de Supervisores del Condado de Monterey conmemoran la victoria ante la Corte Suprema que puso fin al uso de «El Cortito» hace 50 años.

Acerca de «El Cortito»:
«El Cortito» era una azada de mango corto, o azadón como se le conoce comúnmente, que durante décadas obligó a les trabajadores agrícolas a permanecer agachades durante toda la jornada laboral en el Valle de Salinas. Esta posición les ocasionaba lesiones debilitantes y permanentes en la espalda. Al mantener a les trabajadores agrícolas agachades, «El Cortito» reafirmaba el dominio de les empleadores sobre elles y reforzaba el desprecio sistémico hacia su salud, ganándose así el apodo de «el brazo del diablo», como le llamaban les trabajadores agrícolas.
CRLA asume la causa
En 1969, Maurice "Mo" Jourdane, ex abogado de CRLA y juez jubilado del Tribunal Superior, recibió a un grupo de trabajadores agrícolas que acudió a él en Soledad para expresar sus quejas respecto al uso de «El Cortito». Elles querían justicia, pero sus años de protesta no habían dado resultado. César Chávez también instó a Jourdane a asumir la causa.
El trabajador comunitario y ex trabajador agrícola Héctor de la Rosa retó a Jourdane a desyerbar y aclarar cultivos con «El Cortito» durante un día. Jourdane experimentó de inmediato el dolor insoportable que causaba el uso de «El Cortito» y comenzó a trabajar en la causa.
La batalla jurídica
Junto con Marty Glick, ex director ejecutivo de CRLA y ex director de la oficina de Salinas, Jourdane emprendió una batalla jurídica de seis años para prohibir el uso de «El Cortito». CRLA presentó inicialmente una petición ante la Junta de Seguridad Laboral de California, argumentando que el uso de «El Cortito» envejecía prematuramente los cuerpos de les trabajadores agrícolas, y señalando que hombres de entre 30 y 40 años presentaban condiciones físicas propias de personas de 70 años con artritis avanzada. La Junta rechazó su petición en 1973 y sostuvo que la herramienta no representaba un riesgo para la seguridad, y que el costo de reemplazarla superaba el daño ocasionado por su uso.
CRLA llevó la batalla al siguiente nivel y acudió a la Corte Suprema de California, junto con el demandante principal, Sebastián Carmona, y otres valientes trabajadores agrícolas del Valle de Salinas que se unieron a él.
Prohibición de «El Cortito» y su impacto
El 7 de abril de 1975, la Corte Suprema de California falló a favor de CRLA y de les trabajadores agrícolas, y prohibió el uso de «El Cortito». Posteriormente, la Junta de Seguridad Laboral de California emitió la Interpretación Administrativa Número 62, en la que se declaró que «el uso de la azada de mango corto se considerará una infracción de la orden de seguridad, sección 8 del Código Administrativo de California 3316».
Su prohibición representó una victoria en varios frentes: la salud de les trabajadores agrícolas, el movimiento por los derechos de les jornaleres del campo, y un momento crucial en la labor jurídica y acompañamiento legal comunitario de CRLA. La abogacía legal comunitaria fortalece las bases comunitarias, construye relaciones y poder compartido para generar estrategias jurídicas orientadas a un cambio duradero, guiadas por el conocimiento, la experiencia y la visión de las comunidades. Estes trabajadores lucharon por su justicia y se unieron a CRLA, que les ayudó a hacer realidad su visión.